Mendive. Revista de Educación, julio-septiembre 2019; 17(3): 454-465

 

La gestión del trabajo educativo en las instituciones universitarias: fundamentos teórico-metodológicos

 

Management educational work in the university student institutions: methodological theoretical foundations

 

Yurien Lazo Fernández1, Juan Lázaro Márquez Marrero1, Mayra Ordaz Hernández1

1Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Monte de Ocas". Cuba. Correo electrónico: yurien69@upr.edu.cu

 

Recibido: 23 de abril 2019.
Aprobado: 18 de junio 2019.

 


RESUMEN

Ante la necesidad de continuar perfeccionando el proceso de formación en la educación superior, con énfasis en la labor educativa y considerando como prioridad su proyección, desde una gestión que se adecue a las demandas del contexto actual, se proponen un grupo de ideas que modelan el proceso de gestión del trabajo educativo, con el reconocimiento a estrategias específicas que se orientan hacia las particularidades de este escenario y en consonancia con la política de perfeccionamiento del sistema de gestión del proceso de formación integral de los estudiantes universitarios en el eslabón de base. Se concibe este proceso en su tránsito por etapas que conducen a lograr la formación de conocimientos, hábitos, valores y actitudes en función del mejoramiento de la convivencia, las relaciones interpersonales y el desarrollo sociocultural, mediante la orientación psicopedagógica y el accionar coordinado e integrado de todos los gestores educativos que participan en la atención personalizada al estudiante universitario. Se considera que esta propuesta contribuye al perfeccionamiento de la gestión del trabajo educativo en la universidad, como un elemento clave en este contexto, en tanto propicia la sistematicidad, coherencia y eficacia en la atención personalizada al estudiante universitario, la que sin dudas impacta en el desarrollo personal-social-profesional de los estudiantes con su participación protagónica en el proceso.

Palabras clave: universidad, trabajo educativo, gestión, orientación.


ABSTRACT

Faced with the need to continue improving the process of training in Higher Education, with emphasis on educational work and considering its projection as a priority, from a management that adapts to the demands of the current context, a group of ideas are proposed that model the process of management of educational work, with the recognition of specific strategies that are oriented towards the particularities of this scenario and in consonance with the policy of perfecting the system of management of the process of integral formation of university students in the basic link. This process is conceived in its transit through stages that lead to the formation of knowledge, habits, values and attitudes in function of the improvement of coexistence, interpersonal relations and socio-cultural development, through psychopedagogical orientation and the coordinated and integrated action of all educational managers who participate in personalized attention to university students. It is considered that this proposal contributes to the improvement of the management of the educational work in the university, as a key element in this context, insofar as it propitiates systematicity, coherence and efficiency in the personalized attention to the university student, which undoubtedly impacts on the personal-social-professional development of the students with their protagonist participation in the process.

Key words: University; education work; management; orientation


 

INTRODUCCIÓN

Lograr una formación cada vez más desarrolladora e integral de las nuevas generaciones, es el objeto social de la Universidad, lo que supone comprender que la formación es ineficaz si solo atiende a garantizar la apropiación de determinados conocimientos y habilidades. (Horruitiner, P. 2006).

Se comparte la reflexión de este autor acerca de la importancia de abordar la formación de convicciones en los estudiantes, a partir de la determinación de un sistema de valores que propicien su pleno desempeño como profesionales en la sociedad.

La ejecución de acciones en este sentido, debe ser objeto de dirección de todos los que participan en la formación universitaria, incorporándose sistemáticamente a la gestión de todos los procesos que se desarrollan en la Educación Superior. Una de las vías para contribuir a la formación de valores, debe ser el trabajo educativo que se realiza en el contexto universitario, en función de la formación integral de los futuros egresados.

En consonancia con estos planteamientos, se reconoce como una necesidad la investigación continua en la gestión de todos los procesos que se realizan en las universidades, en aras de perfeccionar la labor educativa que se desarrolla como parte de la formación del profesional.

En este sentido, la presente comunicación se ha centrado en las relaciones y funciones de los agentes que intervienen en la atención personalizada al estudiante universitario desde el año académico y otros espacios, dígase profesor principal, profesores guías, tutores del año académico y los gestores de trabajo educativo de la Residencia Estudiantil.

Este enfoque resulta coherente con la política de perfeccionamiento desde el eslabón de base trazada por el Ministerio de Educación Superior cubano en los últimos años y con las regulaciones y disposiciones implementadas en las residencias estudiantiles universitarias, con el objetivo de fortalecer la atención personalizada al estudiante residente (MES, 2012, 2014).

 

DESARROLLO

Las instituciones universitarias, acogen a sujetos con historias y trayectorias diferentes, que portan significados diversos, pero que deben orientarse hacia un objetivo único, ello demanda el desarrollo de propuestas educativas que incidan favorablemente en los estudiantes y en los gestores educativos que atienden de forma personalizada sus necesidades.

Estas propuestas deben tomar en cuenta que los sujetos se insertan en una variabilidad de situaciones, de contextos, de culturas, que requieren de un trabajo colaborador con el desafío constante de reconocer y respetar la diversidad, mediante el diálogo en espacios reflexivos y críticos con la óptica de construir nuevos conocimientos, potenciando una interacción social, que articulada dialécticamente, permita transformar este escenario educativo.

En consecuencia se precisa favorecer en este escenario, las relaciones interpersonales y la convivencia en los diferentes espacios e influir significativamente en el desarrollo personal-social-profesional de los estudiantes, con propuestas que tomen en cuenta sus necesidades individuales y potencialidades, considerando además, las del grupo en el que se insertan y las del contexto universitario.

En función de cumplimentar lo antes expuesto, en la proyección del trabajo educativo se propone tomar en consideración como elementos esenciales:

1. La acción coordinada e integrada de todos los agentes educativos implicados en la gestión del trabajo educativo, lo que se fortalece con la articulación de las acciones que deben diseñarse desde los proyectos educativos de las brigadas.

2. El empleo de la orientación psicopedagógica de forma sistemática en la atención personalizada a los estudiantes aprovechando las potencialidades que ofrece la nueva estructura de trabajo educativo diseñada para este escenario.

Estas ideas se fundamentan en la investigación desde concepciones teórico-metodológicas que tienen su base en la filosofía dialéctico materialista, en tanto se considera que desde estas se logra la comprensión en el análisis de los fenómenos y procesos, con una visión, integra, multilateral y objetiva de la realidad educativa.

Teoría Histórico-Cultural como base del proceso de trabajo educativo

Los supuestos de varios teóricos entre los que sobresale Vigotsky y su teoría histórico-cultural, emergen como referentes inmediatos en la investigación por reconocer la unidad entre lo biológico y lo social de forma integradora, el determinismo socio-histórico de la personalidad, su carácter regulador consciente y activo, el papel de la autoconciencia, la unidad de lo afectivo y lo cognitivo y el carácter reflejo de la psiquis humana.

Estos autores colocan al desarrollo psíquico como producto del proceso de apropiación de distintas formas de experiencia social, lo que se manifiesta en el reconocimiento del papel de las vivencias y las experiencias en la formación de la personalidad en general.

El Enfoque Histórico Cultural de Vigotsky, S. L (1987) reconoce que la conducta humana es resultado del proceso de internalización de lo social que se refracta de manera particular en cada individuo, lo que evidencia la relación de lo biológico y lo social y como se condicionan recíprocamente.

Este autor da razón de dicha relación al postular la ley dinámica del desarrollo o situación social del desarrollo, que explicita que cada momento del desarrollo se caracteriza por una peculiar combinación de factores internos y externos que condicionan las vivencias que tiene el sujeto en ese período y los nuevos logros o desarrollos psicológicos de la etapa.

Mediante este enfoque se estudia la personalidad como unidad diversa en un espacio y tiempo determinados, donde las interacciones sociales entre los individuos se convierten en la fuente de la subjetividad. La sociedad, entendida como cultura, se convierte en el agente mediador de la relación entre la conducta externa y la conducta interna. De manera que el factor social se concibe como fuerza motriz del desarrollo psíquico.

Vigotsky, S. L (1987) define la categoría Zona de Desarrollo Próximo (ZDP) desde la que reconoce el papel que desempeñan los otros, su importancia en la activación de las potencialidades del individuo, así como de las posibilidades de educabilidad con las que cuenta para apropiarse de la cultura acumulada por la humanidad, lo que puede ser logrado desde la actividad.

Ello revela la importancia del papel de los gestores educativos en la dirección del proceso que se desarrolla en un contexto muy peculiar y vulnerable, en tanto está enmarcado por interacciones constantes que demandan de aceptación, respeto a la diversidad, asertividad en el manejo de las normas que se establecen en términos de convivencia.

Es recurrente reconocer el papel de las vivencias en la formación de la personalidad como otra de las ideas desarrolladas por Vigotsky, S. L (1987) que sin dudas está implícita en las anteriores pero que tiene un inestimable valor teórico- metodológico para la propuesta que resulta de esta investigación.

Desde este postulado se reconoce que la significación de las diferentes experiencias y acontecimientos que enfrenta el individuo en su relación con otros y el entorno, depende de las vivencias que este tenga en las mismas, partiendo del sentido que estas dieron a su vida y como influyeron en su subjetividad. la orientación como proceso y el vínculo en que esta se fundamenta tienen en su base las vivencias que el sujeto acumula. (Del Pino y Recarey 2005).

En consecuencia con el tipo de relación que se establece en el proceso investigado, resulta importante reconocer otra de las ideas de Vigotsky, S. L (1987) relacionada con los niveles de ayuda. Este autor procura, desde una concepción dinámica y desarrolladora del diagnóstico, probar y evaluar la capacidad de aprendizaje reservado, latente, que tiene el sujeto, es decir, sus potencialidades y establecer la vía para una intervención desarrolladora (Del Pino y Recarey, 2005).

Sobre esta relación de ayuda, de apoyo al estudiante en su paso por la universidad, Ordaz (2011) le asigna un papel protagónico a la orientación psicopedagógica, considerándola como un proceso que involucra a toda la institución y cuyo objetivo central debe ser la realización del trabajo educativo, dirigido a la formación multilateral de la personalidad de los universitarios, integrada a la formación profesional. Realiza un recorrido por la obra de varios autores cubanos que al estudiar las relaciones particulares que se producen en los contextos educativos, se sustentan en la corriente histórico-cultural, y al respecto afirma que:

Coinciden en que la orientación es una relación de ayuda; en atribuir a los sujetos un papel activo; en considerar los problemas desde una comprensión social; ver la necesidad de estimular las potencialidades de los estudiantes y concebir el desempeño de la función orientadora del maestro como parte de sus tareas como educador profesional.

(Ordaz, 2011, p. 66)

1. El Enfoque Integral para la Labor educativa y PolíticoIdeológica en las universidades, su concreción en los proyectos educativos.

En este sentido resulta trascendente retomar un grupo de referentes que sustentan la idea que se propone desde la intención de fortalecer los vínculos entre los agentes educativos que intervienen en la atención personalizada al estudiante universitario.

«El Enfoque integral para la Labor educativa y Político-Ideológica en las Universidades», se reconoce como el instrumento fundamental para el trabajo educativo en las universidades cubanas, las consideraciones hechas por Horruitiner, (2007) sobre este enfoque expresan el sentido, carácter, roles y espacios que ocupa la labor educativa en las instituciones de educación superior y la necesaria integración de los procesos educativos concretados en proyectos educativos que posibilitan la integración de todos los factores en la labor educativa.

Al respecto el MES explicita:

El Enfoque Integral incluye todos los niveles, estructuras y formas organizativas de la universidad, para garantizar la formación de una cultura general integral del estudiante. Por la amplitud de su contenido El Enfoque Integral es la estrategia principal de nuestra organización y se refleja en todos los objetivos del trabajo de la universidad, el proyecto educativo se realiza como método de trabajo. El proyecto educativo es la realización del enfoque integral en la base. (MES, 2012, p. 8)

Es necesario tomar en cuenta en términos de este enfoque que el Ministerio de Educación Superior definió como una de las Estrategias Maestras su aplicación creadora, y como una de las acciones estratégicas, reforzar la labor educativa en la Residencia Estudiantil

La Residencia Estudiantil es un componente básico del Enfoque Integral. Los resultados alcanzados indican que aún es necesario trabajar intensamente en la labor educativa, de forma tal que constituya un espacio para el debate sistemático con los estudiantes que contribuya a su formación. (MES, 2012, p. 9)

«Este Enfoque Integral comprende los componentes subjetivos de los procesos fundamentales de la universidad: profesores, estudiantes y trabajadores no docentes y su dirección se realiza por objetivos basada en valores». (Lazo, García y García, 2017, p. 177) Desde este enfoque adquiere particular relevancia lo referente a los proyectos educativos de las brigadas y los años académicos.

Se reconoce desde este enfoque el binomio profesor-alumno, relación fundamental en la vida universitaria. Le corresponde al profesor conducir el proceso formativo, en el cual, el estudiante se convierte en un componente activo del mismo, al aportar respuestas creativas a la solución de problemas que se les presentan en la asimilación de los conocimientos, habilidades y valores (MES, 2012, p. 9).

En la labor educativa que se proyecta en el contexto universitario se significa desde esta relación (profesor-alumno), el papel protagónico del alumno en la realización del proyecto educativo de la brigada y la función orientadora del profesor.

El proyecto educativo de las brigadas, al diseñar esta propuesta, es reconocido como un elemento clave, ya que desde estos es preciso encauzar la labor educativa a realizar en todos los espacios, con el diseño de acciones concretas que impacten en el desarrollo personal-social-profesional de los estudiantes y el desarrollo sociocultural como un elemento importante a tomar en cuenta en la universidad.

En correspondencia con lo antes expuesto se enfatiza en la necesidad de que se logre en la elaboración de los proyectos de brigada de los diferentes años académicos, que los estudiantes sean protagonistas en las acciones, lo que ha de posibilitar su participación activa en ambos procesos (docente y de trabajo educativo) y además evaluar cómo participan y contribuyen unos y otros en su formación integral, ello constituye hoy una debilidad apreciable en cada uno de los proyectos educativos.

En la intención de canalizar el vínculo entre todos los agentes educativos que atienden de forma personalizada los estudiantes universitarios y lograr la articulación entre lo curricular y extracurricular, se requiere establecer roles, para de este modo ser coherentes en la influencia sobre el estudiante.

Para que fluya toda la información relacionada con el desenvolvimiento del estudiante en cada momento del curso escolar deben ser concebidos espacios de encuentros entre todos los agentes educativos donde confluyan, una representación de los agentes implicados en la formación del estudiante con el objetivo de hacer análisis, valoraciones en torno a situaciones que transgredan lo reglamentado, y tomar de conjunto, las decisiones al respecto.

2. La orientación psicopedagógica en la atención personalizada a los estudiantes universitarios: su concepción desde enfoques pedagógicos.

El proceso de trabajo educativo en la universidad involucra directamente a un grupo de sujetos (profesionales), que como parte de su desempeño deben realizar acciones de atención personalizada con los estudiantes universitarios.

Se fundamenta esta actividad específica de profesionales que da la posibilidad de desarrollar acciones personalizadas con el estudiante, desde los criterios de un grupo de autores que abordan la orientación en contextos educativos Del Pino y Recarey, (2005); Ojalvo, (2005); Ordaz, (2011), los que coinciden en afirmar que la labor educativa es el objetivo esencial de la orientación en el contexto universitario.

En este sentido señala Ojalvo, (2005) que el profesor debe tutorar al estudiante en su tránsito por este contexto, reconociendo explícitamente que es un derecho que tiene el estudiante; aunque recientemente, en la propia Universidad de Pinar del Río, también se han realizado experiencias de tutoría entre iguales, con resultados satisfactorios. La tutoría entre iguales es una forma especial de orientación, caracterizada por el apoyo y el acompañamiento que realizan los estudiantes entre sí, como parte de sus relaciones grupales. (Ordaz, García y Márquez, 2017)

En estos casos, son estudiantes de años superiores los que ejecutan la tutoría, realizando modalidades de orientación no profesional (García, Ordaz y Márquez, 2015).

Sin embargo, desde el rol profesional de los maestros, concretamente si partimos de que una de las funciones a desempeñar es la orientadora, se facilita la activación de potencialidades en el estudiante a partir de la relación que establece con el mismo, proporcionándole los recursos, información necesaria, desde el uso de técnicas, mecanismos que provoquen el cambio, la transformación.

La orientación psicopedagógica en el proceso de trabajo educativo en la universidad, se reconoce como una relación de ayuda que favorece el desarrollo personal- social-profesional de los estudiantes universitarios. El carácter educativo del proceso de orientación psicopedagógica lo convierte también en una estrategia formativa. (Ramos, Ordaz y Pacheco, 2018).

Este proceso de orientación de la personalidad nos conduce a reflexionar acerca de cómo satisfacer las necesidades básicas fundamentales de los sujetos que viven en un mundo centrado en el trabajo, y cómo ayudar a satisfacer las necesidades individuales con todo el respeto a su elección en libertad.

Se trata de lograr «un aprendizaje significativo es lograr que la información que reciba tenga para él un sentido que satisfaga determinadas necesidades y sea de superación, afecto, realización personal». (García, O. 2016, p. 30)

En este sentido y siendo consecuentes con las particularidades y potencialidades de este escenario educativo, se considera oportuno el empleo del diálogo, la valoración, el razonamiento reflexivo en este proceso orientador, lo que sin dudas le imprimirá un carácter profundamente humano, formativo y axiológico al trabajo educativo.

Se considera que la orientación psicopedagógica resulta adecuada para identificar la orientación con un enfoque actualizado, globalizador, además que desde su semántica enlaza los elementos psicológicos y pedagógicos.

La función orientadora, como parte del quehacer de los docentes de cualquier nivel educacional, permite apreciar en la práctica y la teoría, esa combinación particular que se produce entre los factores psicológicos y pedagógicos, que en su unidad ha llegado a determinar la denominación de una rama de la psicología aplicada a la educación, con énfasis en la investigación de problemas educacionales por medio de métodos y conceptos psicológicos. (Márquez y Ordaz, 2018, p.166).

Desde el establecimiento de esta en el proceso investigado, se es consecuente con los intereses del proyecto cubano de educación, que reconoce la importancia de incidir de forma personalizada en el estudiante durante toda su formación, y su derecho a recibir orientación.

Por su carácter, la orientación educativa en la universidad se dirige a facilitar el desarrollo de la personalidad del estudiante, expresada en su cultura, su lenguaje y pensamiento; en la manera en que estos aprovechan los aprendizajes en la regulación de su modo de pensar y actuar según las condiciones externas al construir sus representaciones, experiencias, vivencias, intereses, emociones, valores, en correspondencia con su identidad profesional. Es en este marco que se le encarga al docente la función orientadora. (Sánchez, P. 2017, p. 1)

En este sentido la tutoría como una forma de realización de la orientación en el proceso de trabajo educativo en la universidad, permite atender lo personal-social; preparar al estudiante para la vida en un contexto muy marcado por las relaciones interpersonales, los diversos orígenes, culturas y otros factores que en determinados momentos se convierten en barreras que el estudiante necesita franquear, pero que pueden ser aprovechados en su formación, en tanto en su futuro profesional podrá estar interactuando en convivencia con homólogos que provienen de otras regiones, e incluso de otras nacionalidades.

Se asume la orientación psicopedagógica en el proceso de trabajo educativo en la universidad bajo el criterio de que esta promueva relaciones de ayuda entre los estudiantes y los profesores guías, tutores, los profesores de trabajo educativo de la residencia y los psicopedagógicos o psicólogos de la institución.

En este sentido es importante el logro de una caracterización adecuada de la conducta de los estudiantes en el contexto universitario actual, en virtud de ello se considera elemental reconocer su situación social del desarrollo, lo que significa interpretarla como combinación dada entre los procesos psíquicos internos de estos y las condiciones contextuales en las que se desenvuelven, lo que estará condicionando su desarrollo.

En segundo lugar, que se caracterice el contexto universitario en sus aspectos esenciales y se identifiquen los problemas educativos más frecuentes.

Se propone que se incluyan como elementos importantes a tener en cuenta, la identificación de factores de riesgo en los estudiantes (consumo de alcohol, tabaco, psicofármacos, entre otros) y la evaluación de las necesidades en este orden, incorporando a este momento a los especialistas en esta temática, pueden ser los del departamento de extensión, entre otros.

Partir de una adecuada caracterización del contexto y de los estudiantes sobre la base de criterios colegiados entre los gestores implicados en el trabajo educativo, propiciará encauzar la planificación como una función vital de la institución a través de la cual se diseñarán los objetivos, planes y programas necesarios para alcanzar las metas, como una forma inteligente de pensar, actuar y trabajar en presente y futuro en la predeterminación del curso de las acciones.

Se considera que la planificación en este contexto debe sustituir la actividad individual por el esfuerzo conjunto, concretarse a través de la organización, determinándose la forma mediante la cual pueden alcanzarse los propósitos concebidos, lo que implica pensar a través de objetivos y acciones con anticipación, basándose en métodos, planes o lógicas, seleccionando adecuadamente las metas a alcanzar, o sea qué hacer, cómo hacer, cuándo hacer y hacia dónde.

Se propone que esta planificación tenga una proyección marcadamente estratégica, lo que significa que sea continua, sistemática, reflexiva, participativa, crítica, flexible, integral, como un proceso orientador que promueve el cambio que precede y preside la acción, desde la capacidad de asimilar con mayor agilidad los cambios que se producen en el entorno.

Es preciso definir las metas y objetivos de la labor educativa de manera conjunta entre todos los agentes implicados, definir responsabilidades en el cumplimiento de las acciones orientadas a estos fines, con la intención de organizar de la manera racional y coherente todas las acciones que serán ejecutadas con posterioridad por los implicados en el proceso.

La ejecución debe develarse como la capacidad de conducir adecuadamente los propósitos de la labor educativa en este contexto, mediante la guía acertada del grupo de gestores educativos que promueve el desarrollo de los estudiantes universitarios desde la promoción, orientación, y desde su capacidad creadora.

A consideración de los autores, es la puesta en práctica de las acciones, métodos y planes que tributaran al logro de objetivos y metas, lo que incluye entre otros aspectos importantes la comunicación en el colectivo, su motivación y su compromiso, para lo cual es importante establecer relaciones e interrelaciones con y entre los miembros del grupo, en tanto la cooperación, rebasa las limitaciones de la capacidad individual.

Desde esta visión la ejecución del trabajo educativo en la universidad se realiza con una perspectiva estratégica, que garantiza el despliegue de los diferentes elementos de la planificación desde una visión coherente, anticipatoria, atendiendo en todo momento a las particularidades del contexto (como un espacio de convivencia) y a las peculiaridades de los estudiantes, según las necesidades educativas identificadas en el diagnóstico.

Las actividades educativas que se planifiquen y ejecuten deben ser estructuradas mediante un conjunto de acciones y operaciones que se orienten a favorecer la convivencia y el desarrollo sociocultural, potenciando y facilitando el desarrollo personal- social-profesional de los estudiantes.

Estas acciones y operaciones deben proyectarse a: la atención personalizada a los estudiantes con el empleo de métodos y procedimientos que propicien el desarrollo de conocimientos, valores éticos, estéticos, humanísticos, ambientales y patrióticos, hábitos, actitudes que favorezcan las relaciones interpersonales que se dan en la convivencia, la promoción de salud y estilos de vida saludables (programas de prevención), desde la recreación sana que debe darse en el desarrollo de actividades culturales, deportivas y otras que potencien su formación integral.

Se reconoce como un momento fundamental la evaluación del proceso de trabajo educativo, que tiene como finalidad el mejoramiento del estudiante en todos los aspectos de su personalidad, esta debe recoger todos los elementos más significativos encontrados a partir de la información obtenida en las etapas anteriores.

Para comprender la esencia de esta evaluación y orientarla adecuadamente ha sido imprescindible la consulta a autores cubanos que han desarrollado valiosos trabajos sobre este temática, desde lo sistematizado se aprecia el valor que se le concede a la evaluación de la formación axiológica de los jóvenes la cual es fundamentada desde el enfoque histórico cultural de (Vigotsky, S. L., 1987).

Desde estos criterios se reconoce la evaluación de los resultados en la formación de actitudes y valores, de modo que la información derivada de esta pueda guiar el proceso, perfeccionarlo, rectificarlo si fuera necesario, retroalimentar a los sujetos protagonistas de su propia formación.

En este sentido se requiere la búsqueda de información constante para poder realizar un análisis crítico de las fortalezas (logros) y debilidades (dificultades) manifiestas implícita o explícitamente en el proceso y sus resultados, con el propósito de proyectar posibles soluciones para eliminar o compensar las dificultades tanto en el orden individual como grupal.

 

CONCLUSIONES

1. La labor educativa en el contexto universitario constituye hoy un elemento clave en la formación integral del futuro profesional, ello demanda sistematicidad en el trabajo educativo que se desarrolla en todos los escenarios en este contexto, para lo que se precisa enfocar las acciones en función de las particularidades de cada proceso formativo, desde propuestas científicamente fundamentadas.

2. El proceso de trabajo educativo en la universidad, se fortalece con la integración de todos los agentes implicados en la formación integral del estudiante universitario, y el tránsito por etapas que conducen a la formación integral del estudiante desde el empleo de métodos, procedimientos específicos y de la orientación psicopedagógica en la atención personalizada.

3. La estrategia educativa a poner en práctica en el contexto universitario debe nutrirse de acciones psicopedagógicas orientadas a favorecer el desarrollo sociocultural y la atención personalizada a los estudiantes, para lograr una mejor convivencia entre los grupos de estudiantes que confluyen en los diferentes espacios de este contexto desde su desarrollo personal-social-profesional.

 

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