Revista Mendive, julio-septiembre, 2016; 14(3)

La educación de la sexualidad en la infancia preescolar: un reto para las promotoras del programa educa a tu hijo

Sexuality education in preschool children: a challenge for the promoters of the program Educate your child

Jacqueline Abreu Catalá

Licenciada en Educación, especialidad de Preescolar. Profesora Asistente. Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca. Correo electrónico: jacqueline.abreu@upr.edu.cu

Recibido: 11 de julio 2016.
Aprobado: 16 de septiembre 2016.


RESUMEN

En el trabajo se abordan antecedentes y evolución del proceso de capacitación, particularizando en la capacitación que reciben las promotoras del programa "Educa a tu Hijo", para lograr un adecuado desempeño profesional, como principales orientadoras a la familia de los niños de la infancia preescolar, enfatizando en la educación de la sexualidad para el desarrollo integral de la personalidad, desde las primeras edades

Palabras clave: capacitación, educación de la sexualidad, promotoras.


ABSTRACT

The antecedents and evolution of the process of training are referred to, particularly that offered to the promoters of the Programme Educate your Child. The purpose of this training is to achieve an adequate professional performance of these promoters in their work with the families of these preschool infancy children, particularly important is the sexuality education in order to enhance a wholesome development of their personality since the very early ages.

Key words: Training, sexuality education, promoters.


 

INTRODUCCIÓN

El desarrollo científico técnico alcanzado por la humanidad impone nuevos retos y exigencias a los profesionales en los diferentes subsistemas de educación. La infancia preescolar no escapa de estos retos. Etapa esta considerada como la base del posterior desarrollo del hombre. Son múltiples las aristas a las que el educador, tanto en la vía institucional como no institucional, encargado de la formación y desarrollo de las niñas y niños de 0 a 6 años, debe prestar una debida atención.

Precisamente la educación de la sexualidad, no siempre constituye una prioridad de primer orden para los adultos, como mediadores principales del desarrollo del infante.

En este sentido, la educación de la sexualidad está comprendida dentro de la formación de valores de la personalidad del hombre, que se forma y desarrolla en la actividad, con esa interrelación con el ambiente y el mundo que lo rodea, la cual en su educación supone un cambio de actitudes, hábitos, normas y costumbres que se han heredado de generaciones anteriores, considerando su educación desde las edades más tempranas del desarrollo. Por todo ello, los educadores y la familia en general, desempeñan un papel primordial en la educación y desarrollo de los niños.

Al particularizar en la atención educativa a través del programa «Educa a tu Hijo,» se hace necesario destacar que este constituye uno de los logros implementados por el Estado cubano, en coordinación con el Ministerio de Educación el cual funciona sobre la base de un sistema de atención integral que incluye la participación de los diferentes ministerios, organizaciones, representantes de la sociedad civil, promotores y ejecutores. Este es desarrollado en las comunidades y en los hogares, con la participación protagónica de la familia. (1) Colectivo de autores. (1994), p.5

Desarrollar un proceso educativo encaminado al desarrollo de una educación de la sexualidad, desde el propio funcionamiento del programa constituye aún una aspiración no consolidada en toda su dimensión; siendo necesario, por tanto, la concepción de la preparación del personal que más estrechamente se vincula con los infantes y su familia, es decir, la promotora. Es por ello, que para dar cumplimiento a los diferentes propósitos que abarca el PETH, la Educación Preescolar en la actualidad, le presta gran atención al perfeccionamiento de la capacitación de las promotoras para un mejor desempeño de sus funciones.

 

DESARROLLO

Antecedentes de la capacitación de las promotoras sobre educación de la sexualidad. Una necesidad para su desempeño profesional

La capacitación debe formar parte de todo un sistema que permita garantizar mayores conocimientos a los profesionales y, derivado de ello, realizar una labor divulgativa y docente, cumpliendo así el encargo social encomendado. Para lograr tales empeños se hace necesario concebir la capacitación de los profesionales que responda a sus necesidades y funciones laborales.

Desde el punto de vista oficial, en Cuba, la capacitación es definida como un «conjunto de acciones de preparación que desarrollan las entidades laborales dirigido a mejorar las competencias, calificaciones y recalificaciones para cumplir con calidad las funciones del puesto de trabajo y alcanzar los máximos resultados productivos o de servicios. Este conjunto de acciones permite crear, mantener y elevar los conocimientos, habilidades y actitudes de los trabajadores para asegurar su desempeño exitoso». (2) R.M. No. 29. (2006), p.1

Al particularizar en la Educación Preescolar, los estudios desarrollados por López, J. (1970- 2012), Siverio, A. M. (1992-2013), Rivera, I. (1992-2011), Burke, M. T. (1992-2011), Domínguez, M. (1992-2011), Yánez, H. (1992-2011), Pérez, M. (1992), Ramírez, V. (2005), Benavides, Z. (2006), Ríos, I. (2009), Pérez I. (2001), entre otros, han tenido un acercamiento a diferentes aristas de este proceso desde el orden de la capacitación.

En este sentido, se hace necesario partir de los antecedentes, en Cuba, del proceso que se analiza. Antes del 1959 se puede aseverar que aquellos encargados de atender la población infantil tenían una preparación general y para la educación sexual mínima; ello se aprecia en lo expresado por Siverio, A. M., cuando refiere que: «las docentes del Kindergarten, prácticamente no recibían capacitación que las actualizase, ni asesoramiento que las preparara en los procedimientos didácticos ni en el trabajo de orientación a la familia». (3) Siverio, A. M. (2013), p.10

Este decir teórico, es una mirada necesaria para todos los profesionales de la primera infancia, en tanto permite valorar cuán joven es la profesionalización de los educadores, por lo que el recorrido es breve y aún escabroso.

En la etapa de 1898-1902, cuando se produce la intervención y ocupación norteamericana, se desarrollaron cursos de capacitación de forma instituida y masiva a tenor de las necesidades de entonces, según sus intereses, se incluyeron cursos que se relacionaban con la Educación Preescolar del momento, comprendidas en las edades de 5 a 7 años.

Se asumen en este análisis los criterios expresados por Siverio, A. M., la que sostiene que a partir de 1902 comenzó a funcionar la Escuela Normal de Kindergarten de Matanzas y clases de este tipo en Santiago de Cuba, Sagua la Grande y poco tiempo después en las capitales del resto de las provincias. Sus docentes y planes de estudio eran norteamericanos, los que trasladaron su formación al sistema educativo de manera acrítica. El «modelo de preescolar resultó ser muy utilitario y pragmático en su concepción general». (4) Siverio, A. M. (2013), p.6

A pesar del carácter elitista de estas instituciones, contribuyeron a mejorar la organización y ejecución de la capacitación en esos territorios, pues además de la formación de docentes, se desarrollaron actividades metodológicas, pedagógicas y científicas con los que fueron egresando.

Entre 1901 y 1909 se establecieron «Escuelas Normales de Verano» como forma de superación para los que estaban en ejercicio. Esta modalidad se reanuda mejorada después de 1915, contemplando conocimientos actualizados, entrenamientos y demostraciones prácticas entre otros elementos necesarios para los que participaban.

En 1929, se extendió definitivamente la Educación Preescolar a todo el país, lo que estuvo vigente hasta 1953. Los docentes eran graduados en las Escuelas Normales de Kindergarten y se superaban en los preceptos de «La Escuela Nueva» (Froebel (1782-1852), Decroly (1871-1932), Montessori (1870-1952) y otros, la que se introdujo con cierta contextualización a esta realidad educativa e histórica.

El espacio de tiempo entre 1937 y 1959 se caracterizó por la ejecución de cursos en las «Escuelas de Verano», las «Escuelas Normales», la autosuperación y por el ofrecimiento de becas para realizar estudios en el extranjero. Esto fue aplicado también a la Educación Preescolar.

Posteriormente, en los diez primeros años de la Revolución (1959-1969), se organizó rápidamente un nuevo sistema educativo donde prevaleció de manera definitiva la utilización de la superación, capacitación y recalificación para elevar el nivel científico-pedagógico de los maestros en ejercicio, titulados y no titulados, lo que le dio un lugar preponderante para obtener mejores resultados. Se produjo el desarrollo de una preparación acelerada del personal docente necesario para cubrir las necesidades de los círculos infantiles y para la introducción del grado preescolar en todas las escuelas primarias preferentemente en las zonas urbanas.

La capacitación tomó un nuevo matiz, «la Educación Preescolar fortaleció sus fundamentos, a partir de una orientación marxista y martiana, sustentada en la teoría del enfoque histórico cultural de L. Vigotsky; así como lo relativo a la formación y superación de las educadoras y maestras de esta especialidad». (5). Rodríguez, N. (2010). p.112.

En la década de 1970 a 1980, se crearon escuelas para la formación de educadoras de círculos infantiles donde recibían una formación básica para el desempeño de su labor educativa teniendo en cuenta lo más avanzado del pensamiento educativo del momento y el legado precedente.

Fue creado el Instituto de la Infancia y bajo su auspicio, en el periodo comprendido entre 1983-1992 se realizó una investigación en la que participó un grupo multidisciplinario de especialistas (pedagogos, psicólogos, pediatras, nutricionistas, especialistas en crecimiento y desarrollo, en cultura física, higienistas, sociólogos y otros), rectorados por la doctora Josefina López, los que se encargaron de definir los contenidos y procedimientos necesarios para estimular el desarrollo integral de estos infantes.

Posteriormente, en 1992 al surgir el Programa Educa a tu Hijo, como modelo de atención no institucional que, con base en la familia, en la comunidad y con enfoque intersectorial e interinstitucional, atiende a la infancia de 0 a 6 años que no asiste a instituciones infantiles, para promover en las condiciones del hogar, el óptimo desarrollo integral posible de cada niña y niño cubano, la capacitación va a constituir un factor clave que asegura su funcionamiento.

Años más tarde, el colectivo de autores del Proyecto Capacitación Diferenciada para los Agentes Educativos del grupo Nacional de Educación Preescolar, el cual se materializa en ambas modalidades de atención, asume la capacitación, como «un proceso permanente que debe dar respuesta a las necesidades reales que estos tienen, de acuerdo a su preparación para el cumplimiento de la función que le corresponde, al rol que debe desempeñar, a su propia experiencia personal y profesional, para un desempeño exitoso que se traduzca en una mejor formación, acorde con las exigencias planteadas para el mejoramiento de la atención educativa a la niñez de 0 a 6 años».(6). Colectivo de autores, (2007), p.8

Constituye, por ende, una prioridad de la Educación Preescolar la exigencia de la capacitación constante de los docentes y agentes educativos, pues se aspira a obtener un profesional cada vez más preparado para enfrentar los avances y retos actuales. El éxito del programa, en gran medida, depende de las estrategias y acciones de capacitación que se diseñan y realizan, con la participación de diferentes agentes educativos, promotores y ejecutores, la comunidad y especialmente, con las potencialidades que ofrecen las familias para la educación de sus hijos. Cobra un sentido particular para este estudio la educación de la sexualidad.

Muchos han sido los investigadores que han aportado sus modestos esfuerzos al estudio de la educación de la sexualidad en el contexto internacional como: Krause, M. (1988); Masters, W. (1991); Aller, L. M. (1991); Bruckner, H. (1998); y nacional como Castro, M. (1989); Azcui, A. (2001); Martínez, F. (2001); Castro, P. L. (2004); Armenteros, J. (2005); Pérez, C. (2008); Roca A. (2012); Ricardo, R. (2014); así como las diversas acciones que se conciben en el programa transversal de educación sexual, en el subsistema de la Educación Preescolar; no obstante, aún persisten comportamientos desfavorables en la sociedad de hoy, con respecto a la sexualidad y su educabilidad, en los que se ven afectados aquellos que reflejan como espejos la imagen que perciben, los niños.

La educación de la sexualidad comprende sentimientos, actitudes y conductas, es una cuestión de valores para uno mismo y para los demás, debe constituir una fuente rica e inagotable para la comunicación real y temprana entre padres e hijos y desembocar una mutua comprensión basada en la sensibilidad, efecto y realidad humana.

Al respecto, Castro P. L, también, aporta una arista importante al afirmar que, «…si los valores morales no están concientizados en la familia, si no forman parte de su actuar cotidiano, no podrán ser inculcados, trasmitidos al niño...» (7). Castro, P. L. (1999), p.14

Tales argumentos reafirman la importancia y necesidad de la preparación en particular de las promotoras, como principal agente movilizador dentro de la comunidad, en relación con la educación de la sexualidad para orientar a la familia.

Son precisamente las promotoras las responsables de orientar a los diferentes agentes comunitarios pues tienen en sus manos la poderosa arma del conocimiento sobre la teoría educativa del niño de las primeras edades, con mayor énfasis debe ser capaz de educar a la familia por diferentes vías, pero el secreto de esto está en ¿Cómo hacerlo?, esto solo se logra con paciencia y ternura como un componente aglutinador del proceso educativo, para lograr que la actividad pedagógica que realiza con la familia sea un proceso pleno e íntegro.

Principales limitaciones de las promotoras sobre la educación de la sexualidad y su orientación a la familia

- La revisión documental realizada al tratamiento de los aspectos relacionados con la educación de la sexualidad y el trabajo con la familia, posibilitó conocer que los profesionales de la educación preescolar al concluir sus estudios carecían de las herramientas metodológicas que le permitieran enfrentar el proceso de orientación familiar, para concebir la educación de la sexualidad de los niños y niñas desde las edades más tempranas.

- Hay un insuficiente tratamiento teórico y metodológico del proceso de educar la sexualidad.

- En la capacitación concebida para las promotoras no se aprecia variabilidad de los temas sobre sexualidad, que le permita la orientación a la familia y la capacitación a otros agentes educativos que participan en el programa.

- En los folletos del programa se orienta de forma sencilla a la familia sobre la educación de cualidades morales, pero no se explicita suficientemente otros aspectos importantes que componen la educación de la sexualidad y de lo que ella significa para el desarrollo integral de sus hijos, así como ejemplos concretos que orienten a la familia sobre cómo actuar y qué actitud asumir en la educación con sus hijos sobre esta temática.

- En el contexto educativo, el tratamiento de las temáticas sobre sexualidad se hace de manera casual, a partir de situaciones puntuales que se presentan en la actividad práctica.

 

CONCLUSIONES

Todo lo anterior, constata que la preparación de las promotoras es insuficiente, lo que revela una gran contradicción entre el nivel de preparación que deben poseer las promotoras como profesional calificado, con respecto al conocimiento de las características sexuales de los niños de la infancia preescolar, que les permita a su vez, poder cumplir con calidad su desempeño profesional y ejercer su labor de capacitación a los demás agentes educativos, con énfasis a la familia.

Estos resultados conducen a la necesidad de buscar las vías que propicien la capacitación de las promotoras del Programa «Educa a tu Hijo», en función de que estén en mejores condiciones para concebir el proceso de orientación familiar en la educación de la sexualidad, desde el contexto comunitario.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS