Mendive. Revista de Educación, octubre-diciembre 2025; 23(4), e4218
Artículo original
Competencias del trabajador social, su rol en el funcionamiento familiar y la formación comunitaria
Competences of social assistance, its role in family functioning and in the formation of the community
Competências do assistente social, seu papel no funcionamento familiar e na formação da comunidade
Jeannette Vásquez1
0000-0002-9010-0114
jeannete.vasquez@up.ac.pa
Maryuri García González2
0000-0002-2734-6541
maryuri@rect.uh.cu
1 Universidad de Panamá. Panamá.
2 Universidad de La Habana. La Habana, Cuba.
Recibido: 4/04/2025
Aceptado: 24/10/2025
RESUMEN
El trabajador social evalúa dinámicas familiares, media en conflictos y promueve la resiliencia. En el presente artículo se exploran las competencias esenciales del trabajador social para fortalecer el funcionamiento familiar y construir comunidades resilientes. La formación comunitaria emerge como un eslabón clave, donde el trabajador social fomenta la participación, identifica necesidades colectivas y diseña programas de apoyo. El objetivo estuvo encaminado a develar las competencias necesarias en el trabajo social y su rol en la familia. Como principales métodos se utilizaron el análisis de contenido, la observación científica, métodos teóricos (sistémico-estructural funcional e histórico-lógico) y métodos empíricos (observación y análisis documental, fundamentalmente para conformar o definir criterios), además de la triangulación metodológica. Como resultados, se revela que la formación continua y el compromiso ético permiten empoderar a familias y comunidades, construyendo sociedades más inclusivas y justas, adaptadas a los desafíos sociales. Las conclusiones se centraron en el establecimiento de las competencias del trabajador social como determinantes en el perfil requerido para el campo laboral. Es necesario trabajar en ellas, actualizarlas y potenciarlas, otorgando importancia al trabajador social como agente de cambio que actúa en múltiples niveles para mejorar la vida de las personas y fortalecer las comunidades desde la promoción de la equidad, la justicia y el bienestar general en la sociedad.
Palabras clave: competencias; familia; trabajo social; comunidad.
ABSTRACT
Social workers assess family dynamics, mediate conflicts, and promote resilience. This article explores the essential competencies of social workers for strengthening family functioning and building resilient communities. Community training emerges as a key link, where social workers foster participation, identify collective needs, and design support programs. The objective was to uncover the necessary competencies in social work and its role within families. The main methods used were content analysis, scientific observation, theoretical methods (systemic-structural, functional, and historical-logical), and empirical methods (observation and document analysis, primarily to establish or define criteria), in addition to methodological triangulation. The results reveal that continuing education and ethical commitment empower families and communities, building more inclusive and just societies adapted to social challenges. The conclusions focus on establishing the competencies of social workers as determinants of the required profile for the professional field. It is necessary to work on them, update them and strengthen them, giving importance to the social worker as an agent of change who acts at multiple levels to improve people's lives and strengthen communities by promoting equity, justice and general well-being in society.
Keywords: skills; family; social work; community.
RESUMO
O assistente social avalia dinâmicas familiares, media conflitos e promove a resiliência. Este artigo explora as competências essenciais do assistente social para fortalecer o funcionamento familiar e construir comunidades resilientes. A formação comunitária surge como elo fundamental, onde o assistente social incentiva a participação, identifica necessidades coletivas e elabora programas de apoio. O objetivo foi revelar as competências necessárias no trabalho social e seu papel na família. Os principais métodos utilizados foram análise de conteúdo, observação científica, métodos teóricos (sistêmico-estrutural funcional e histórico-lógico) e métodos empíricos (observação, análise documental, principalmente para estabelecer ou definir critérios), além da triangulação metodológica. Os resultados revelam a importância da formação contínua e do compromisso ético, que permitem empoderar famílias e comunidades, contribuindo para sociedades mais inclusivas e justas, capazes de se adaptar aos desafios sociais. As conclusões centraram-se no estabelecimento das competências do assistente social como determinantes do perfil profissional exigido no campo laboral. É necessário trabalhar essas competências, atualizá-las e fortalecê-las, reconhecendo o assistente social como agente de mudança que atua em múltiplos níveis para melhorar a vida das pessoas e fortalecer as comunidades, promovendo equidade, justiça e bem-estar geral na sociedade.
Palavras-chave: competências; família; trabalho social; comunidade.
INTRODUCCIÓN
La familia es la "unidad básica de la sociedad", porque en ella, además de que tiene lugar la reproducción biológica, se transmiten de generación en generación el patrimonio de las personas, los bienes, los valores, las normas y las pautas culturales del lugar. Es el primer contacto con la sociedad; de ahí provienen las primeras enseñanzas y aprendizajes.
Es en este ámbito donde se empieza a forjar el carácter y donde se inculcan modos de actuar y de pensar que, más adelante, se convertirán en hábitos o costumbres. La familia es la primera escuela de virtudes humanas y sociales que todas las sociedades necesitan; por medio de la familia se introduce a las personas en la sociedad civil. Por esta razón, es necesario que los padres consideren la importancia de la familia en la formación de futuros ciudadanos (Vásquez & Ferragut, 2024).
En diferentes culturas y sociedades, el concepto de familia puede variar, pero su importancia como unidad básica de la sociedad es universal. La estructura familiar ha experimentado cambios significativos en el contexto del siglo XXI, impulsados por factores sociales, culturales, económicos y tecnológicos, y es precisamente ahí donde el trabajador social gana cada vez más relevancia.
El trabajo social es una disciplina centrada en el bienestar humano y la justicia social. Su objetivo es ayudar a individuos, familias, grupos y comunidades a enfrentar y superar problemas y desafíos, a través de la intervención y el apoyo en diversas problemáticas sociales (García & Martínez, 2021).
Según la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (AIETS, 2014), es una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de justicia social, derechos humanos, responsabilidad colectiva y respeto a la diversidad son centrales para el trabajo social.
Netto (1999) señala que el trabajo social es una profesión que se inserta en la división social del trabajo y que tiene como objeto de intervención la cuestión social, entendida como las expresiones de las desigualdades sociales que afectan a amplios sectores de la población considerados vulnerables.
El trabajador social desempeña un papel fundamental en la cohesión y el bienestar de las comunidades. Sus competencias incluyen la capacidad de evaluar necesidades, diseñar intervenciones, gestionar conflictos y promover el cambio social. En el ámbito familiar, su rol es clave para fortalecer dinámicas saludables, brindar apoyo en situaciones de crisis y facilitar el acceso a recursos esenciales. En la formación comunitaria, se encarga de dinamizar procesos participativos, fomentar la integración social y desarrollar estrategias de comunicación para fortalecer el tejido comunitario.
Por lo tanto, el objetivo del presente artículo es develar las competencias necesarias en el trabajo social y su rol en la familia, destacando la formación comunitaria como un eslabón clave en el contexto del trabajador social.
MATERIALES Y MÉTODOS
El artículo que se presenta es resultado de una investigación realizada en el año 2024, que pondera, desde el enfoque mixto, la esencia del proceso estudiado. Toma en consideración el contexto y los resultados obtenidos mediante el uso de diversas técnicas de recogida de información.
Se emplearon métodos teóricos (sistémico-estructural funcional e histórico-lógico) y métodos empíricos (observación y análisis documental, fundamentalmente para conformar o definir criterios), los cuales permitieron el trabajo con la bibliografía general y específica.
Todo ello posibilitó establecer el marco conceptual, contextual y teórico, así como determinar las principales manifestaciones del objeto de estudio y las relaciones y componentes que inciden sobre él. Además, permitió realizar inferencias y asumir posturas teóricas en función de lo planteado.
La triangulación metodológica permitió comprobar las insuficiencias derivadas de los métodos aplicados y establecer regularidades como parte de los resultados, resaltando el papel del trabajador social en las familias, lo que devela las competencias que los identifican.
RESULTADOS
El resultado obtenido con la aplicación de los métodos señalados se subdivide en diferentes momentos, para lograr una mayor concreción, organicidad y coherencia en la investigación.
El trabajador social y su rol en la familia
Una de las primeras etapas en el proceso de intervención es la evaluación; es decir, un diagnóstico social que permite al trabajador social comprender y valorar la situación del sujeto en profundidad.
El trabajador social diseña e implementa políticas sociales que corrigen las desigualdades. También fomenta la participación social, trabaja en equipos interdisciplinares y mantiene, en todo el proceso de intervención, la escucha activa con los usuarios, así como el respeto a la diversidad y la multiculturalidad, para ejercer una intervención sin sesgos y objetiva.
Entre algunos de los aspectos que desarrolla el trabajador social se encuentran:
El siglo XXI presenta una serie de desafíos y oportunidades para las familias, marcadas por dinámicas como la globalización, el envejecimiento poblacional, la diversificación de las estructuras familiares y los avances tecnológicos. De igual forma, se destacan los cambios en las dinámicas familiares, como el incremento de hogares monoparentales o multiculturales, los cuales exigen una perspectiva inclusiva y enfocada en los derechos humanos por parte del trabajador social.
Las familias se enfrentan a desafíos como la precariedad laboral, las desigualdades económicas y estructurales, la violencia doméstica y los efectos del cambio climático. La diversidad en las estructuras familiares requiere una intervención integral y adaptativa. Asimismo, el rol del trabajador social se expande hacia el uso de tecnologías digitales para atender problemáticas como la violencia intrafamiliar y el acceso desigual a servicios básicos (Figura 1).
Figura 1. Aspectos claves de los trabajadores sociales
El trabajador social enfrenta un entorno complejo y en constante cambio en el siglo XXI, caracterizado por transformaciones económicas, sociales y tecnológicas que afectan directamente a las familias. Este profesional actúa como facilitador en la construcción de resiliencia, fortaleciendo las capacidades internas de las familias y promoviendo el acceso equitativo a recursos y servicios.
En este contexto, el trabajador social no solo enfrenta desafíos, sino que también tiene la oportunidad de liderar procesos de cambio social, generando estrategias innovadoras que empoderen a las familias para superar adversidades y alcanzar un desarrollo sostenible.
El seguimiento de una situación familiar problemática requiere tener un conocimiento global de la misma que permita:
La atención a la familia comienza cuando el trabajador social establece la primera relación con ella y con la situación que deberá abordar. El proceso se inicia en el punto donde se encuentra la familia, involucrándola en la identificación y localización de sus dificultades y de sus recursos.
El trabajador social, al intervenir con familias, debe aplicar principios básicos de la ética como el servicio, la justicia social, el valor y la dignidad de la persona, la integridad y la competencia, entre otros, para promover valores como el respeto, el amor, la comunicación, la solidaridad, la responsabilidad y la cohesión entre los miembros familiares (Figura 2).
Figura 2. Distinciones del trabajador social
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos confirman la necesidad de establecer las competencias del trabajador social y su impronta desde la formación comunitaria y familiar.
Competencias del trabajador social
Para dar cumplimiento a los principios éticos, el profesional debe desarrollar algunas habilidades, tales como: habilidad empática, capacidad para comunicarse y habilidad para conocerse y cuidarse a sí mismo. Todo ello en aras de lograr el desarrollo armónico de las familias y, por consiguiente, de la sociedad panameña.
Sin lugar a dudas, una de las profesiones con más áreas laborales es la del trabajador social, puesto que tiene diversos ámbitos de intervención, como la atención social primaria, gestión de talento humano, niñez, adolescencia, personas mayores y salud mental, entre otros. Por tanto, este profesional debe desarrollar las competencias del trabajador social.
Para poder estar a la altura de las exigencias que conlleva este cargo, los profesionales de esta área no solo deben estar preparados académicamente, sino también poseer las habilidades, destrezas y competencias del trabajador social. Entre estas se incluyen: capacidad crítica y autocrítica, capacidad para trabajar en equipo a diferentes niveles y con diversos actores, capacidad para investigar, creatividad e innovación, las cuales son cruciales para las funciones de su puesto de trabajo.
Los trabajadores sociales son profesionales de las ciencias humanísticas que se enfocan en ayudar a las comunidades a mejorar su calidad de vida. Es decir, brindan consultoría a la comunidad en cuanto a problemas de abuso, trastornos psicológicos o psiquiátricos, conflictos familiares, desempleo o discriminación por raza, estrato social o sexualidad.
Asimismo, las competencias del trabajador social le permiten brindar asesoría a menores de edad bajo custodia de los sistemas de acogimiento familiar, a adolescentes y adultos recluidos en instituciones penitenciarias o a personas de la tercera edad internadas en geriátricos o institutos de salud mental.
Por otro lado, los trabajadores sociales también asesoran a individuos o grupos de personas para ayudarlos a superar problemas de vivienda, salud o entorno, brindándoles un espacio que les permite ser atendidos y desarrollarse hasta el punto de dejar de requerir la orientación y cooperación del trabajador social.
Esta carrera ofrece la oportunidad de consolidarse y crecer en diferentes aspectos: humano, espiritual y cognitivo, convirtiéndose en un profesional integral. Para alcanzar esta meta, es necesario que la formación del profesional considere la responsabilidad, compromiso, ética y, sobre todo, pasión, pues estos factores son imprescindibles para la calidad del trabajador social. Según García et al. (2021), el trabajador social desempeña un papel crucial como mediador y facilitador en estos contextos cambiantes, promoviendo la inclusión social y el fortalecimiento de las redes familiares. Por otro lado, López y Martínez (2020) destacan que es necesario adaptar las intervenciones a las necesidades específicas de cada familia.
Pérez (2022) subraya la necesidad de un enfoque proactivo que permita a las familias no solo superar dificultades, sino también aprovechar oportunidades para el desarrollo sostenible y la resiliencia comunitaria. Para cumplir con trabajos de consultoría, asesoría y apoyo a comunidades con distintas necesidades, es vital que el trabajador social desarrolle competencias generales y básicas. Según Miley et al. (2013), una evaluación adecuada ayuda a identificar las necesidades, fortalezas y recursos disponibles, lo cual es fundamental para diseñar un plan de intervención efectivo. Sin una evaluación precisa, las intervenciones pueden no abordar los problemas subyacentes, lo que limita su eficacia.
En el ámbito laboral, la competencia surge debido a necesidades que emergen en diferentes países, por la contradicción entre los cambios del entorno y las condiciones de las relaciones económicas y la calidad de los resultados de la educación (García, 2020). Las competencias, entonces, deben entenderse a partir de un vínculo cada vez más estrecho entre formación, gestión y trabajo (García, Ortiz & González, 2013).
Propiciar la formación y desarrollo de actitudes y valores personales, unidos a aptitudes y capacidades técnicas de los individuos, además de conjugar los intereses individuales, proyecta su adecuación al entorno social. El conocimiento de un trabajador que se adecue a las exigencias de su entorno es fundamental.
Apoyado por criterios de García, García y Guzmán (2021), se asegura que cada persona que participa en un grupo es portadora de sus propias vivencias, sentimientos, actitudes, experiencias y frustraciones. Todo lo que forma su personalidad está presente y puede manifestarse; estas fuerzas tienen capacidad para influir, actuar o decidir dentro del grupo. De cómo se expresen, combinen, interactúen y predominen unas y otras dependerá el rumbo, el estilo y el resultado del trabajo común.
Por lo general, las competencias del trabajador social son uno de los factores clave en su currículum y permiten dar a conocer sus roles, ya que las empresas requieren ciertas competencias específicas (Gómez & García, 2022).
Competencias genéricas básicas
Competencias laborales
Competencias específicas
Competencias profesionales
El trabajador social se desempeña en ámbitos del Estado, sector privado y organizaciones humanitarias. Generalmente, se encarga de situaciones de exclusión presentes en diferentes grupos o estratos sociales.
Además, este profesional suele trabajar en el sector de desarrollo y proyección laboral dentro de ONG o en cualquier función orientada a grupos de personas en condiciones vulnerables.
El servicio del trabajador social también se presta a personas dentro del hogar, que requieren intervención o presentan dependencias particulares. En todos estos casos, el trabajador social debe realizar un abordaje integral para resolver conflictos y mejorar la condición de vida.
Cabe señalar que esta profesión cuenta con múltiples especializaciones. Dependiendo del área en que decida capacitarse y potenciar sus competencias, pueden ser contratados por:
En resumen, un profesional con las competencias del trabajador social beneficia de manera significativa a la comunidad con la que se relaciona, promoviendo bienestar social, resolución de conflictos familiares, un espacio para la voz de niños, adolescentes y adultos víctimas de abuso o violencia doméstica, y transmitiendo conocimientos a futuras generaciones.
Las competencias del trabajador social son determinantes en el perfil requerido para el campo laboral, siendo necesario trabajarlas, actualizarlas y potenciarlas.
Impronta desde la formación comunitaria y adaptabilidad familiar
Es la familia quien enseña a expresarse, brinda una línea de pensamiento y razonamiento, y contiene a los individuos ante encrucijadas o problemas. Se precisa favorecer, desde los criterios de Lazo, García y Fernández (2017), las relaciones interpersonales y la convivencia en los diferentes espacios, influyendo significativamente en el desarrollo personal, social y profesional a través de acciones que consideren necesidades individuales y potencialidades, además de las del grupo y del contexto.
La familia no solo satisface necesidades básicas, sino que también juega un papel crucial en el desarrollo emocional, social y cultural de los individuos. Su importancia se extiende a lo largo de toda la vida, proporcionando un fundamento sobre el cual se construyen otras relaciones y experiencias. El entorno familiar influye notablemente en el desarrollo emocional y social.
La adaptabilidad familiar es la capacidad de una familia para ajustarse a los cambios y desafíos que surgen en su entorno. Esta habilidad es crucial para el funcionamiento saludable de la familia, ya que las circunstancias pueden variar debido a factores internos (como el desarrollo de los hijos o cambios en la dinámica familiar) y externos (como cambios económicos, sociales o de salud) (Walsh, 2021).
A continuación, se exploran aspectos de la adaptabilidad familiar, su importancia y estrategias para fomentarla (Silva-Cid, 2020).
Aspectos fundamentales de la adaptabilidad familiar
La funcionalidad de la adaptabilidad familiar permite enfrentar desafíos, superar adversidades y adaptarse a nuevas situaciones; y es funcional para:
Estrategias para fomentar la adaptabilidad familiar
La adaptabilidad familiar es esencial para enfrentar los desafíos que surgen en la vida cotidiana. Al fomentar una cultura de flexibilidad, comunicación abierta y apoyo mutuo, las familias pueden no solo sobrevivir a las adversidades, sino también prosperar y crecer juntas. Esta capacidad no solo beneficia a cada miembro individualmente, sino que también fortalece los lazos familiares, creando un entorno más saludable y resiliente, impactando de manera positiva en la comunidad.
El trabajador social, por tanto, despliega competencias clave para el fortalecimiento familiar y la cohesión comunitaria, destacando la empatía, análisis social, intervención en crisis y gestión de recursos. Su rol en el funcionamiento familiar implica evaluación de dinámicas internas, mediación en conflictos, apoyo en la crianza y promoción de resiliencia.
En la formación comunitaria, el trabajador social para mejorar su calidad de vida y construir sociedades más justas e inclusivas facilita la participación ciudadana, identifica necesidades colectivas, diseña programas de intervención social y fortalece redes de apoyo, siempre basado en principios éticos y respeto a la diversidad, buscando empoderar a individuos, familias y comunidades. La formación continua es esencial para adaptarse a los desafíos sociales emergentes y optimizar su impacto.
Por tanto, el trabajo social es fundamental para el bienestar y desarrollo de las comunidades, desempeñando funciones esenciales de apoyo a la familia, donde el dominio de competencias generales es indispensable.
Los trabajadores sociales son agentes de cambio que operan en múltiples niveles para mejorar la vida de las personas y fortalecer las comunidades. Su labor es vital para promover la equidad, la justicia y el bienestar general en la sociedad.
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