Mendive. Revista de Educación, julio-septiembre, 2022; 20(3): 1087-1090

 

Pedagogo ilustre

Lidia Tura Montelongo, maestra de maestros

 

Lidia Tura Montelongo, teacher of teachers

 

Lidia Tura Montelongo, professora de professores

 

Osvaldo Echeverría Ceballos1 http://orcid.org/0000-0001-5567-529X

Pedro Rivera Martínez1

1Universidad de Pinar del Río "Hnos Saíz Montes de Oca". Cuba. osvaldo.echevarria@upr.edu.cu

 

 

El magisterio cubano, desde los inicios de la colonia, pasando por los ignorados "Amigos y Amigas", los maestros de la manigua redentora, los educadores de las escuelas primarias de la ciudad y el campo, así como los destacados educadores que con su saber y actuación propugnaron en discursos, artículos y libros la necesidad de una mejor educación, legó a los maestros y profesores del presente una historia de amor por la profesión, una identificación con las necesidades del pueblo. Ese legado es el ejemplo de esta maestra de maestros, que con su labor pedagógica impregnó lo más genuino de nuestras tradiciones en cada uno de sus discípulos, trascendiendo hasta nuestros días.

Nació en Pinar del Río el 3 de agosto de 1938 y falleció el 5 de agosto 2021, hija de campesinos pobres que por suerte para ella sabían leer y escribir. Cursó sus primeros grados en una escuela rural multigrada y, como le gustaba tanto ser maestra, la utilizaban en los primeros grados por sus resultados, y por ser mayor, para enseñar a leer y revisar tareas. Su maestra, de las antiguas habilitadas, denotó métodos adelantados; les enseñaba a amar a Martí, Maceo, a conocer el escudo, el himno y la bandera y les implicaba en actividades cívicas, profundamente humanas y prácticas. Era una auténtica heroína.

Continuó sus estudios secundarios hasta llegar a la Escuela Normal para maestros, resultándole muy difícil, pues los profesores eran casi todos de La Habana; daban sus clases con muy pobre pedagogía y ella no podía comprar libros, dado que sus escasos recursos no se lo permitían. Pedía ayuda a otros que vendían folletos que no podía adquirir. Así se graduó en 1957.

La primera etapa de su vida laboral (un año) la pasó supliendo a algunos maestros por la mitad del salario, ni soñar con tener una escuela entonces.

En 1959 todo cambió, al llamado de Fidel se incorporó a los maestros voluntarios, además de enseñar y crear un aula donde nunca la hubo. Hizo labor social con los campesinos; solo trabajaba la mañana dando clases porque los niños en la tarde tenían que ayudar a sus padres en la recogida de café, actividad en la que ella también se incorporaba.

Los fines de semana visitaba a los campesinos y de noche alfabetizaba a la familia de la casa, obteniendo muy buenos resultados, por su bondad, tesón, amor y paciencia en esa labor pedagógica en que se entregaba en todo momento. Al finalizar esta etapa de su labor pedagógica obtuvo el diploma y la medalla de maestra voluntaria y, seguidamente, ocupó el lugar 20 en una convocatoria provincial a oposición de plazas para maestra, situándola en una escuela multigrado en la región de "Pan de Azúcar", en Minas de Matahambre, para la cual la Normal no preparaba. Tenía que preparar sus propios métodos pedagógicos, psicológicos y elaborar muchos medios de enseñanza para obtener buenos resultados. En esa etapa eran los propios inspectores quienes hacían la promoción; 1er grado tenía que saber leer y escribir y los demás por los esenciales mínimos. Al inicio de la Revolución se fueron muchos maestros y Lidia fue transitando de una escuela a otra con mucha periodicidad hasta que obtuvo la escuela rural donde ella hizo sus primeros grados en el barrio "Río Sequito". En esta escuela alfabetizaba por la noche (inicio de la campaña) hasta que la movieron como técnica de zona en 1961 en el propio barrio. Tuvo a su cargo la orientación y atención a 11 maestros profesionales, 59 brigadistas y un número elevado de alfabetizadores populares hasta el final de la campaña con buenos resultados; ahí obtuvo su medalla y diploma de alfabetizadora.

Unido a la Campaña de Alfabetización trabaja en la organización del Sindicato Nacional de Educación con Abel Prieto Morales y Reinaldo Taelet Greniw, donde llegó a ser secretaria de finanzas con el destacado pedagogo pinareño Sergio LLinás Quintans como secretario general.

Participó en el 1er congreso de Educación y Cultura en la provincia dentro de su organización y en la nación con una ponencia en la comisión 4, certificado que aún se conserva.

Pasó por tres niveles de enseñanza: primaria, secundaria y nivel superior, por promoción nunca recibió evaluación insatisfactoria.

En su larga vida laboral aplicó todos los métodos de enseñanza, siempre poniendo al alumno como centro de su propio aprendizaje, con métodos activos.

Trabajó en la formación de los alumnos captados para profesores generales integrales en el Instituto Superior Pedagógico "Rafael María de Mendive", hoy nueva universidad integrada de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca", donde se desarrolló como jefa de colectivo y de disciplina. Allí trabajó todas las asignaturas del perfil pedagógico, con una delicada sensibilidad por la profesión y la justicia social. Impartió clases de calidad y gran maestría pedagógica, profesora de referencia y de consulta constante. Formó y capacitó maestros en todas las áreas pedagógicas, en especial en Historia de la Educación.

Preocupada siempre por la calidad de sus clases y el aprendizaje de sus discípulos y por la utilización adecuada de los medios de enseñanza, enseñó a confeccionarlos y utilizarlos, ya que los consideraba componente esencial para la asimilación del contenido y ayuda de los métodos, ya sean medios alternativos o naturales, o los propios del aula­: pizarrón, maquetas, mapas, libros de textos.

Muy exigente con sus alumnos en cuanto a la buena educación formal, les enseñaba cómo comportarse y actuar en su espacio escolar; también les enseñaba a leer correctamente y a interpretar lo que leían, ya que para ella era esencial en la interacción con sus semejantes.

Lugares donde trabajó.

· 1960- Trabajó de maestra voluntaria en la escuela rural "Nueva Creación"; maestra en la escuela rural "Pan de Azúcar"; maestra en la escuela rural "Algodones".

· 1961- Laboró como maestra de la escuela rural "Santa Rita" y fungía como encargada, por tener la institución dos maestros; maestra de la escuela rural "Cuco Barceló" y campaña de alfabetización y técnica de zona en la Campaña de Alfabetización.

· 1962 al 1965- Fue profesora y directora de la secundaria básica "Pedro García Valdés" y "María de los A. Bryldenia", hoy "Julio Antonio Mella".

· 1965 a 1968- Educó en la Secundaria básica "Rubén Martínez Villena".

· 1968 a 1971- Fue subdirectora de educación media, región Pinar del Río.

· 1971 a 1976- Fungió como subdirectora provincial de educación general.

· 1976 a 1986- Fue secretaria de la asamblea provincial del poder popular, 1ra legislatura.

· 1986 a 2005- Trabajó como profesora del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río "Rafael María de Mendive" hasta su jubilación.

Obtuvo premios y reconocimientos por su labor pedagógica y por su participación en postgrados en Rusia: de Psicología, Pedagogía y Filosofía; certificados y diplomas de vanguardia en varias oportunidades: medalla y diploma de alfabetización, medalla y diploma como maestra voluntaria, distinción por la Educación cubana, medalla "Pepito Tey", Sello de los CDR, Medalla de fundadora de la FMC, Medalla de 40 años de las FAR y delegada a las diferentes asambleas municipales del Partido.

Lidia sentía amor por lo que hacía, disfrutaba con el aprendizaje de sus alumnos. Exigente con ellos y con ella misma, mantuvo una conducta social y política ejemplar. Creó una disciplina consciente, supo identificarse con sus estudiantes, tener sentido del humor y una constante inquietud por lo nuevo. Hoy se recuerda con mucho amor y regocijo, es una educadora de ejemplar trayectoria para las futuras generaciones de maestros. A ella, muchísimas gracias profesora.

 

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

 

Contribución de los autores

Todos los autores gestionaron la información, revisaron la redacción del manuscrito y aprobaron la versión finalmente remitida.

 


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Pedro Rivera Martínez