Mendive. Revista de Educación, enero-marzo, 2022; 20(1): 1-8
Editorial
La educomunicación con la ayuda de las TIC como estrategia cubana en los procesos de formación universitaria durante la pandemia de COVID-19
Educommunication with the help of ICTs as a Cuban strategy in university training processes during the COVID-19 pandemic
A educomunicação com a ajuda das TIC como estratégia cubana nos processos de formação universitária durante a pandemia de COVID-19
Débora Mainegra Fernández1 https://orcid.org/0000-0003-0811-0629
Marislay García Cruz1 https://orcid.org/0000-0003-0855-0157
Adaymí González Valdés1 https://orcid.org/0000-0002-1796-3175
1Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca". Cuba. deborah.mainegra@upr.edu.cu
Los procesos educomunicativos han cobrado especial importancia a la luz de los acontecimientos que el mundo ha vivido durante los últimos dos años. La educación trasformó su paradigma, de manera un tanto improvisada, a la modalidad a distancia. Ni los estudiantes, ni los docentes estaban realmente preparados para ello, así que cada uno hizo lo mejor que pudo para cumplir las expectativas, sobre todo los universitarios, de quienes se espera la formación de competencias profesionales para insertarse en el mundo del trabajo, pero que perdieron los modelos presenciales y debieron sustituirlos por tutoriales y videos, en el mejor de los casos. La conferencia analizará cómo en Cuba se ha trabajado para que la educomunicación cumpla el rol de mediador en la autogestión del conocimiento en la educación en general y en la Educación Superior en particular.
Iniciaremos con una noticia que ayudará al auditorio a colocarse en contexto:
El 7 de septiembre de 2021, el Ministro de Educación Superior (MES), José Ramón Saborido Loidi y parte del Consejo de Dirección del organismo, realizaron una reunión de trabajo por videoconferencia con los Rectores de las Universidades, los Directores Generales de la Entidades de Ciencia, Tecnologías e Innovación (ECTI) y el Grupo Empresarial (GEMES), en la cual estuvieron presentes miembros de la Federación Estudiantil Universitaria Nacional.
En el encuentro se evaluó el proceso de continuidad del curso académico 2021 en cada una de las instituciones del MES. Se analizó el estado de salud de profesores y estudiantes, así como la evolución del proceso de vacunación. En particular, se revisó con las universidades que funcionan como centro de aislamiento u hospitales de campaña la proyección hacia la nueva normalidad. El Ministro reflexionó sobre la necesidad del trabajo constante desde la comunicación estratégica con cada uno de los públicos del MES para garantizar el éxito del curso actual (tomado del sitio oficial del MES de la República de Cuba).
La realidad es mucho más rica que cualquier escenario teatral: hospitales en universidades, cuidados epidemiológicos extremos, pero sobre todo la informatización y la comunicación como elementos esenciales.
Latinoamérica ya conocía de movimientos relativos a la educomunicación en Brasil, Argentina y Chile, donde se destacaban conceptos asociados con Lectura crítica de medios, Recepción activa, Educación de las audiencias, Educación en o para la Comunicación, Educación y nuevas tecnologías de información y comunicación (Aparici, s/f; Torrent, 2009; Zurita, 2009).
A tenor de lo acontecido con la pandemia de COVID-19, el término de educomunicación cobró una importancia vital: de su uso eficiente depende la calidad en la formación, sin un atraso de dos años como mínimo, de la fuerza calificada que requieren nuestras economías para enfrentar los desafíos que se nos han impuesto.
Es importante señalar que coincidimos con Balderrama (2007) en que la educomunicación no se reduce al uso de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en el proceso educativo; estas fungen únicamente como canales y herramientas que ayudan a potenciar la retroalimentación, participación y cierto tipo de interacción entre los agentes para compartir y construir conocimiento, de ninguna manera constituyen la esencia del proceso educomunicativo.
¿Pero cómo se ha concebido este proceso en la realidad cubana? Trataremos de socializar nuestras experiencias en la conferencia que les presentaremos.
Los procesos de formación de profesionales universitarios requieren de varias aristas de trabajo. En Cuba de habla de macroáreas o procesos sustantivos y se asumen en nuestra pedagogía cuatro:
Cada una de ellas tiene objetivos claros y bien definidos que conducen al logro de un egresado que cumpla con los estándares de competencia para insertarse en el mundo moderno de forma flexible, creativa y exitosa. Cientos de profesionales cubanos se han desempeñado y se desempeñan en todo el mundo validando nuestra estrategia de formación.
No obstante, el nuevo escenario creado con la pandemia fue un serio desafío a los modos tradicionales de hacer las cosas en el campo de la educación. La educomunicación no era un terreno sin explorar para nosotros. Fue Cuba la creadora del Método Yo Sí Puedo de alfabetización, extendido a más de 20 países y con el que se logró alfabetizar a más de 25 millones de iletrados de todo el mundo. Este método, apoyado en la radio y la televisión, fue un claro ejemplo de ello.
Nuestro país dispone, de manera permanente, de dos canales de televisión dedicados a apoyar la educación con una programación habitual al servicio de los ministerios correspondientes: el Ministerio de Educación y el Ministerio de Educación Superior. De manera que, iniciar un ejercicio educomunicativo con el apoyo de los docentes, la familia y las instituciones educativas era, desde la visión gubernamental, el mejor modo de lograr el aislamiento social que requería la pandemia, sin dejar de atender la formación de la joven generación.
De este modo, es viable abordar la educomunicación como un campo de estudios interdisciplinar y transdisciplinar que aborda, al mismo tiempo, las dimensiones teórico-prácticas de dos disciplinas históricamente separadas: la educación y la comunicación. Es también conocida como educación en materia de comunicación, didáctica de los medios, comunicación educativa, alfabetización mediática o pedagogía de la comunicación (Sánchez y Gionanny, 2019, p. 14).
Queda claro para nosotros que no se trata solo de usar los medios de comunicación como recurso en el aprendizaje, sino que se "( ) aspira a dotar a toda persona de las competencias expresivas imprescindibles para su normal desenvolvimiento comunicativo y para el desarrollo de su creatividad. Asimismo, ofrecer los instrumentos para: comprender la producción social de comunicación, saber valorar cómo funcionan las estructuras de poder, cuáles son las técnicas y los elementos expresivos que los medios manejan y poder apreciar los mensajes con suficiente distanciamiento crítico, minimizando los riesgos de manipulación" (García Matilla en Aparici, 2003: 111).
Con el empleo de la educomunicación se requiere del logro de una autogestión del conocimiento guiada de forma inteligente porque "( ) van apareciendo los contraargumentos, los vacíos, endebleces y contradicciones de unas ideas y nociones que hasta entonces aparentaban ser coherentes y sólidas; y se va llegando a la formulación de un pensamiento propio al que improbablemente se llegaría sin interlocutores, presentes o distantes" (Kaplún, 1998: 214).
De ahí que el uso de la televisión como apoyo y el empleo de la plataforma Moodle no bastaran para suplir la presencialidad en la Educación Superior Cubana cuando el 20 de marzo de 2020 se decide que los estudiantes no regresen a los recintos universitarios, si no que permanezcan aislados en sus hogares.
A nivel de gobierno se crearon algunas facilidades como el acceso gratuito a la plataforma Moodle de la Universidad desde cualquier punto del país y el acceso a internet, pagado por la Universidad, a través de la plataforma Nauta-Hogar, para los claustros. Pero tampoco bastaba con esto.
Era necesaria una estrategia de trabajo diferente que involucrara a los claustros universitarios y abarcara todas las macroáreas de formación. Para ello, en la Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca" se trabajó en función de priorizar los foros de la plataforma Moodle como espacio de socialización y construcción colectiva del conocimiento.
Este proceso encuentra su término en un nivel profundo de comprensión del texto, que se alcanza cuando el lector utiliza creadoramente los nuevos significados adquiridos y producidos por él, asume una actitud independiente, toma decisiones, los relaciona con otros contextos y los recrea (intertextualidad e hipertextualidad).
La cultura del debate incluye una adecuada preparación en el tema que se debatirá, para lo cual la lectura que se haga ofrece argumentos para defender la posición que se asume, escuchar las razones de los otros, pensar en ellas y considerarlas, porque pueden ser otra manera de abordar el tema, en lo cual influye positivamente el carácter asincrónico del foro, pues posibilita que los participantes se preparen más, hagan mejores aportaciones y dispongan del tiempo necesario para la conformación de un criterio valioso, profundo y flexible de la temática.
De forma consecuente con este momento se configuran aspectos valiosos a tener en cuenta, entre ellos: el análisis de los conocimientos básicos sobre la comunicación en contextos digitales, las características de la textualidad en formato analógico y digital, estrategias de lectura y comprensión en formato digital, acciones cognitivas y metacognitivas para orientar el aprendizaje en foros en línea, el estudio de las fuentes documentales, resultante de investigaciones asociadas con la temática, así como la incidencia del colectivo pedagógico.
Importante también resulta el tratamiento de las funciones inherentes al profesional en el espacio de formación-actuación, sus cualidades y valores, la caracterización del contexto de actuación profesional, así como el vínculo entre el objeto de la profesión y el modo de actuación profesional que tipifican al profesional de cada carrera y que se vinculan con el empleo de las TIC al proceso de formación.
Para ello es necesario que, desde que el estudiante curse el primer año de la carrera pueda apropiarse de las herramientas necesarias que le permitan comunicarse eficientemente en los foros en línea, específicamente en los académicos que se planifican desde la plataforma interactiva Moodle; constituye una premisa indispensable saber hacer y lograr la reflexión metacognitiva acerca de su proceso de aprendizaje, en que hacen consciente cómo se apropian de las habilidades comunicativas en este contexto y evalúan su tránsito por el proceso.
En segundo lugar, la valoración del problema profesional, que se concibe como un análisis integral del mismo en todas sus aristas, parte del diagnóstico integral del contexto de actuación profesional para determinar sus causas, lo que permitirá identificar las posibilidades y limitaciones para implementar posibles vías de solución, enmarcando el trabajo en las que son posibles de proponer desde la esfera de la profesión, a fin de acometer su estudio en profundidad.
Para ello, se parte del diagnóstico del contexto de actuación mediante el empleo de métodos y técnicas de investigación específicas, la socialización de los resultados del diagnóstico en los colectivos pedagógicos y el colectivo de estudiantes, la determinación de las causas, posibilidades y limitaciones para la implementación de vías de solución del problema.
En tercer lugar, el diseño de propuestas de solución al problema profesional, que se considera como el momento en el que se modelan y dirigen las vías de solución al problema, desde las tareas básicas del futuro profesional, donde se implementan las alternativas de solución. Los estudiantes se adiestran para el cumplimiento de tareas profesionales de diseño y planificación, así como en la dirección de la actividad, en función de la solución de este problema profesional.
Es importante declarar que a este problema profesional se le debe dar solución durante el tránsito del estudiante por toda la carrera, pero se destaca particularmente la necesidad de que sea desde el primer año, en el que se aprovechan las oportunidades que ofrecen las asignaturas del currículo. La nueva normalidad a la que se regresará en la etapa postpandémica debe promover el uso de los recursos educomunicativos en buena parte de nuestros procesos. No podemos esperar a la próxima pandemia para partir de cero nuevamente.
La estrategia se concibió a partir de lograr la articulación de los cuatro componentes organizacionales (académico, laboral, investigativo y extensionista), y la interdisciplinariedad, que se concreta en el colectivo de año académico.
La formación como proceso sustantivo tiene el objetivo de preparar integralmente al estudiante en la carrera universitaria seleccionada. Debe caracterizarse por ser dinámica, creadora e innovadora, en la cual se integran los componentes organizacionales académico, laboral e investigativo.
El componente académico aporta los conocimientos básicos sobre el objeto de la profesión, a lo que debe incorporarse todo lo concerniente a la localización de información válida y veraz, las estrategias de comprensión de textos digitales y el método de trabajo para la participación en diversos foros en línea, así como el conocimiento de los criterios de textualidad en formato digital y la secuencia de acciones cognitivas y metacognitivas para la comunicación de resultados. El trabajo con las habilidades profesionales específicas debe desarrollarse en relación con los contenidos mencionados y la aplicación, a su vez, en las diversas actividades curriculares y extracurriculares.
Desde el componente laboral, los estudiantes deben aplicar en la práctica los conocimientos adquiridos de la formación profesional, los cuales sirven como referentes para el desarrollo de convicciones, a partir de las vivencias de las situaciones reales en el mundo del trabajo y la realización de tareas profesionales, donde pueden sistematizar los contenidos en correspondencia con los modos de actuación del profesional de la carrera.
Asimismo, en el desempeño de su práctica profesional deberán ser modelo lingüístico y cívico, porque de su comunicación adecuada dependerá, en gran medida, el éxito de los procesos que dirigirá desde el ejercicio de su profesión. Esto puede modelarse desde la educomunicación a través de casos simulados, y si bien será necesario inevitablemente el contacto con la realidad, este puede ser mucho menos traumático si se ha "vivido" previamente la experiencia con el empleo de videos en tercera dimensión y simuladores.
En el componente investigativo se debe propiciar en los estudiantes desde su actividad investigativa el enfrentamiento a contradicciones que se presentan entre la teoría que dominan y su práctica profesional, para que estas sean los motores impulsores del proceso investigativo, de búsqueda de nuevos conocimientos y de soluciones científicas a los problemas profesionales, lo que puede modelarse a través de debates en foros en línea, desde los tareas investigativas como forma de evaluación final de algunas asignaturas del currículo y, posteriormente, desde los trabajos de curso y diploma como ejercicio de culminación de estudios.
Las habilidades investigativas que se desarrollan desde este componente conllevan a que el estudiante, desde el primer año de la carrera, puedan efectuar una comunicación más significativa en los foros en línea, al establecerse el vínculo entre teoría y práctica, que se materializa también en la conducción de este proceso en la práctica pedagógica por el claustro universitario.
No menos importante resulta la extensión universitaria como macroárea o proceso sustantivo. Durante la formación del profesional de cualquier carrera debe potenciarse su participación en el desarrollo y la preservación de la cultura local, nacional y universal en su más amplio concepto, que le permitirá una actuación responsable y coherente como ciudadano del mundo, promocionando esa cultura en su entorno estudiantil, laboral y comunitario, desde la actividad comunicativa y el trabajo colaborativo, lo cual posibilita la aplicación de los conocimientos adquiridos en la transformación del entorno social.
El ciberespacio y su uso responsable es una parte esencial del nuevo escenario cultural en que vivimos, de ahí que la adecuada formación educomunicativa sea fundamental, porque posibilita el discernimiento de dónde está lo éticamente correcto, más allá de mezquinos intereses económicos o de otra índole.
Se preparara al estudiante para que transforme la realidad social manifestada en las escasas e inadecuadas prácticas comunicativas suscitadas en los foros en línea por los jóvenes. Se convoca, entonces, a los estudiantes, a que participen en foros sociales en los que pondrán en práctica los conocimientos, las habilidades, los valores y las actitudes de que se apropiaron, no solo desde el componente académico, sino desde los demás componentes.
Propiciar la combinación de las actividades académicas, laborales, investigativas y de extensión universitaria en función de la formación profesional mediada por la educomunicación, posibilita la articulación entre estos componentes. Eso se logra en coordinación con el colectivo de año académico, desde donde se dirige el trabajo metodológico en función de diseñar acciones específicas para la sistemática comunicación con los estudiantes y entre ellos, en correspondencia con los objetivos formativos del año académico, para el desarrollo del proceso docente educativo y tomando en cuenta su contribución a los objetivos generales de la carrera, para lo cual se debe concebir un proceso planificado en que se defina qué transmitirá el Canal Educativo, qué se ofrecerá en orientaciones metodológicas desde la disciplina, la asignatura en la plataforma Moodle y cómo y para qué se convocarán foros de discusión en ella, así como qué docentes tendrán el rol de moderadores en dicho foro cada día.
Desde la estrategia educativa del colectivo de año académico se debe jerarquizar el uso de las estrategias curriculares y para ello se deben planificar actividades metodológicas en línea, encaminadas a preparar a los profesores para que, desde cada una de sus asignaturas, den salida a las mismas, particularmente, a las referidas al empleo de las TIC y al uso de la lengua materna, de manera que se contribuya a la participación en foros en línea.
En este sentido, también resulta pertinente el establecimiento de las relaciones interdisciplinarias que se materializan en las asignaturas desde la determinación de los nodos de articulación interdisciplinarios, los cuales demarcan la contribución de cada una de ellas al proceso educomunicativo con que tiene lugar la formación; en ellos se incluyen los conocimientos, las habilidades y los valores.
Parece un trabajo abrumador, pero si se planifica debidamente les aseguro que conduce a un proceso educativo muy eficaz y nosotros lo hemos logrado con algunas limitaciones que se irán limando con el tiempo. El próximo 15 de noviembre retomaremos la nueva normalidad, luego de concluir la vacunación del 100 % de la población cubana entre 2 y 120 años. Nuestro proceso no volverá a ser exclusivamente presencial con apoyo de las TIC como hasta ahora. La COVID-19 nos demostró que no se estudia o se trabaja más por estar sentados ocho horas en un pupitre o el buró de una oficina; lo que vale son los resultados.
Las pequeñas y medianas empresas cubanas de capital privado se han multiplicado en esta etapa y requieren del personal debidamente formado para ser eficientes, así como la empresa estatal socialista más independiente y fortalecida, de manera que la educación en general, y la Educación Superior en particular deben estar preparadas para formar esos recursos humanos.
La formación integral de los profesionales que egresan de las universidades tiene en la educomunicación un recurso de extraordinaria importancia, que pasa por la lectura critica a partir del estudio profundo de los temas de debate, a fin de lograr discernir los criterios de valor que propicien la construcción de un conocimiento significativo. Esta labor debe acometerse por los claustros universitarios de manera colectiva e interdisciplinaria, modelando los procesos desde el trabajo metodológico del año académico.
La integración de las macroáreas de formación o procesos sustantivos: el académico, laboral, investigativo y extensionista, desde la educomunicación, mediada por el uso de la televisión educativa y el Moodle de pregrado y postgrado, con el foro académico como tarea docente fundamental, han resultado una estrategia de trabajo exitosa en la Universidad "Hermanos Saíz Montes de Oca", de Pinar del Río, Cuba.
Desde esta perspectiva, es necesario concebir acciones dirigidas a que los estudiantes se comuniquen eficientemente en los foros en línea, a partir de lograr una adecuada articulación entre la estrategia educativa, los componentes organizacionales, el proceso de extensión universitaria, la interdisciplinariedad y la influencia del colectivo de año académico.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Aparici, R. (s/f). La reinvención de la educomunicación. Universidad Nacional de Educación a distancia. Disponible en http://www.uned.es/ntedu/asignatu/1_Roberto2.htm S.
Kaplún, M. (1998). Una pedagogía de la comunicación. Ediciones de la Torre, Madrid.
Sánchez Peña, C. F. y Giovanny Riaño, J. (2019). Estrategia de Educomunicación como metodología de innovación educativa en el programa de Comunicación Social de la Universidad Cooperativa de Colombia. Trabajo de grado. Universidad Cooperativa de Colombia. Facultad de Educación. Especialización Docencia Universitaria, Colombia
Torrent; Jordi, Roberto Aparicio (2009). Educomunicación: participación ciudadana y creatividad. Fundación Kine, cultural y educativa-Unicef Argentina. Disponible en https://www.unr.edu.ar/descargar.php?id=3097
Zurita, María José (2009). Educomunicación. Disponible en: http://octavocfacso.blogspot.com/2009/05/educomunicacion.html
Conflicto de intereses:
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
Contribución de los autores:
Los autores participaron en la redacción del trabajo y análisis de los documentos.
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