Mendive. Revista de Educación, octubre-diciembre 2019; 17(4): 620-623

 

José Caridad Cantón Navarro, paradigma de maestro

 

José Caridad Cantón Navarro, paradigm of the teacher

 

Armando Marcelino Pi Crespo

Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saiz Montes de Oca". Cuba. Correo electrónico: armando05@upr.edu.cu

 

José de la Caridad Cantón Navarro, más conocido como José Cantón Navarro (1925-2008) nació en la finca Saavedra, en el municipio de San Juan y Martínez, provincia de Pinar del Río, el 18 de julio de 1925; hijo de José Cantón Reibravo y Bernarda Faenecía Navarro Duque.

Desde pequeño comprendió la necesidad de estudiar y trabajar por lo que se las arregla para compartir sus obligaciones en ambos aspectos. En la escuela sobresale en los estudios y en el apoyo incondicional a sus compañeros. Reconoce el trabajo de los maestros, lo que se evidencia en su poesía "A mi maestro". Al mismo tiempo logra dominar a la perfección las labores culturales del cultivo fundamental de la finca de su padre: el tabaco.

Matricula en la Escuela Normal de Pinar del Río en 1940, haciendo realidad uno de sus grandes sueños, ser maestro; se incorpora en esta etapa a la actividad revolucionaria, a pesar de su corta edad es seleccionado militante del Partido Comunista de Cuba, desde estas aulas con solo 16 años, publica dos artículos en el periódico provincial El Heraldo Pinareño: "La Escuela Alemana de la Juventud" y " ¿Por qué Hitler Odia la Cultura", ardientes artículos relacionados con el fascismo alemán, en los que se evidencia sus potencialidades para el desarrollo de un pensamiento pedagógico, emancipador, liberador, independentista, de justicia social y filosófico-humanista.

La amplia y rica producción científica de Cantón Navarro está ligada a la eliminación de todas las barreras que impiden el desarrollo multifacético de los miembros de la sociedad; con total fe en el mejoramiento humano, por lo que apreció y defendió que este es el objetivo básico del pensamiento y la acción pedagógica: formar a las nuevas generaciones en los más elevados principios éticos y político- revolucionarios, patrióticos e internacionalistas y solidarios, así como fomentar en la sociedad la escala de valores en que se conjugan la ética martiana y la moral comunista. El pensamiento y la acción pedagógica de Cantón es expresión de su lucha por la emancipación humana.

En 1982, ante una pregunta acerca de por qué había estudiado magisterio, plantea: "… por vocación, por tradición familiar y por necesidad económica…"(Cantón 1982, p.2). Años después expresa: "La enseñanza que he impartido, en todas las esferas, se ha sustentado siempre en la visión martiana. Es que primero me impresionó mucho el apostolado del maestro y después su pensamiento y esa entrega a la causa de los humildes"(Cantón 2001, p. 1). La vocación, su patriotismo y su condición de martiano, son aspectos trascendentales dentro de su pensamiento y acción pedagógica.

En su desempeño como maestro la poesía fue, también, un medio de enseñanza de gran valor pedagógico desde el primer día que asumió un aula. La empleó como un valioso medio para estimular las habilidades, la sensibilidad estética, la actividad cognoscitiva y en valores de sus alumnos. Junto con las poesías clásicas de José Martí para los niños y de otros poetas revolucionarios, lleva al aula numerosas poesías especialmente compuestas por él, en correspondencia con la edad de los niños, sus intereses y sus correspondientes niveles escolares.

Algunas de sus obras contribuyen a consolidar en los pedagogos cubanos la responsabilidad con la sociedad, la patria, los educandos y sus familias; la elevación del pensamiento, el permanente esmero por el ejemplo, la modestia, la sencillez, el espíritu de sacrificio, la inquebrantable vocación por el estudio y la investigación, como parte de su preocupación y contribución al desarrollo del magisterio.

El pensamiento pedagógico de José Cantón Navarro, no está consolidado en un texto único; está diseminado en libros, ensayos, artículos, recopilaciones de documentos y cronologías, folletos como autor y coautor, compilaciones, prólogos a libros, publicaciones periódicas, conferencias impartidas, eventos, programas y otros. En este, manifiesta sentimientos cargados de felicidad, amor, respeto y solidaridad humana, sentido del patriotismo, el antimperialismo, alta creatividad, amor por el trabajo, optimismo socialista y proyección hacia el mejoramiento humano, claves para una república desalienada como aspiraba y planteó en varias ocasiones.

"Pero no solo hemos hecho nuestras, en teoría, las concepciones educacionales del Apóstol: las hemos materializado también en nuestro sistema nacional de enseñanza. Practicamos la educación integral física y mental, material y moral-; nos guía el principio martiano de la vinculación del estudio con el trabajo. Hemos abolido el escolasticismo, y llevamos la enseñanza laica y científica, como la savia en los árboles, de la raíz al tope de nuestro sistema nacional de educación. Con Martí, pensamos que de la enseñanza directa y científica en la escuela pública ha de salir el hombre nuevo." (Cantón, 2008, p.28.)

Como formador de la conciencia ciudadana, contribuye a ennoblecer las conductas de sus alumnos, justificando la necesidad de construir con el esfuerzo de todos, una patria mejor, una patria libre y llena de justicia. Reconoce la necesidad de la preparación del maestro en cuanto a los problemas de Cuba, ve la necesidad en dos direcciones: para sí y para su divulgación en relación con sus alumnos y pueblo.

Hace un llamado permanente acerca de la necesidad que tiene todo maestro de estar al tanto de los problemas de su patria. Se puede apreciar que al igual que Martí, es defensor del vínculo necesario entre el maestro y la patria, entre el maestro y la sociedad que se construye. Considera que el maestro tiene la gran misión de transformar a sus alumnos con el objetivo de que estos puedan transformar sus realidades, dando solución a los grandes problemas que afectan su bienestar, en la construcción de una sociedad nueva que garantice las necesidades vitales de cada ser humano.

En su propuesta de programas salta a la vista la intencionalidad que pone en la preparación de los maestros para su desempeño profesional con apego a las tradiciones culturales y cívico-patrióticas de la escuela cubana, para una patria grande, próspera, feliz, independiente, soberana y democrática: el orgullo por los valores que identifican al cubano, la visión de este como protagonista de la independencia de Cuba, el amor a nuestra gloriosa historia y sus padres fundadores, el respeto a la independencia y soberanía de otros pueblos y la solidaridad con los que luchan por sus derechos; el rechazo a la guerra imperialista y el amor a la paz, al trabajo productivo, la igualdad y el respeto entre todos, sin distinciones raciales ni de sexo, la persistencia del ideal de independencia, el gobierno norteamericano como enemigo histórico de la independencia de Cuba, son algunos de los aspectos que, junto a la preparación científica y laica con que ha de educarse a los niños, constituyen expresión de sus propias convicciones martianas y marxistas-leninistas, que atraviesan los programas para los diferentes grados y pone a disposición de los maestros, para que la escuela cubana sirva a las necesidades de la patria.

Según él, el maestro es un facilitador del proceso de formación, que permite que los alumnos aprendan, practicando una relación de respeto alumno-alumno, alumno-maestro, maestro-alumno. El educador debe ponerse en el lugar del alumno, ser sensible en cuanto a sus percepciones y sentimientos; debe crear un ambiente en el aula que permita respirar confianza, tranquilidad, seguridad, no ser autoritario ni egocéntrico. El alumno debe ser quien consolide su proceso de aprendizaje, bajo la guía del maestro caracterizado por una alta ejemplaridad moral.

"Tarea esencial de la educación…, ha de ser la formación de sus ciudadanos en los más elevados principios ético-morales, los que deben regir de arriba abajo, toda la vida republicana. No se trata de una moral abstracta, ahistórica: debe partir del hombre, estar al servicio del hombre, sobre todo de los humildes, de los oprimidos e injustamente discriminados. Todos los esfuerzos y afanes, la obra creadora de la República, han de preservar la independencia nacional, y además, garantizar la libertad, la justicia, el bienestar, la paz, la felicidad, y la dignidad para los ciudadanos y la nación."(Cantón, 2016, p.59).

Para Cantón no hay nada más importante que la concepción de una obra educacional que permita el desarrollo integral de los miembros de la sociedad porque considera que la educación garantizará la estabilidad de la nación y su desarrollo vertiginoso. Su pensamiento y acción pedagógica, en toda su integridad, encarna un cuerpo cultural humanista, concebido para realizar una república próspera de naturaleza ético-moral.

"Como profesor fue un excelente educador no solo por su inteligencia, por su vocación magisterial y su preparación pedagógica, sino, ante todo, porque supo ser, como dijera José de la Luz y Caballero, un evangelio vivo."(Silva, 2019, p.6)

Aún en su lecho de muerte en el año 2008, realiza grandes aportes a la educación cubana, revisando libros de Historia de Cuba y otros artículos. Hombres como él honran la labor profesional pedagógica.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Cantón Navarro, J. (1982) Programa: Tiempo que Contar. Entrevistado: José Cantón Navarro. Inédito.

Cantón Navarro, J. (2001). Entrevista de Mercedes Alonso, periódico El Historiador.

Cantón Navarro, J. (2008). Una Revolución Martiana y Marxista. La Habana: Centro de Estudios Martianos.

Cantón Navarro, J. (2016). José Martí en la Forja y Defensa de la Nación Cubana.La Habana: Editorial José Martí.

Silva León, A.(2019). Prólogo del libro: Lucilo Batlle Reyes, Hermes Otaño Barrera. José Cantón Navarro: Sembrador y Simiente. (Esbozo Biográfico).

 

 


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