Revista Mendive, julio-septiembre 2017; 15(3): 387-388

Rafael Rosario Robaina Muñoz: un formador de generaciones

Rafael Rosario Robaina Muñoz: A former of generations

 

Luisa Engracia Ramírez Beltrán

Licenciada en Educación. Especialidad Educación Primaria. Máster en Ciencias de la Educación. Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”. Cuba. Correo electrónico: luisa@ls.pr.rimed.cu

Tener la oportunidad de escribir sobre uno de los maestros ilustres del municipio, es un privilegio. Su vida fue ejemplo de patriotismo revolucionario, solidaridad. Fue defensor de los derechos humanos, personales, culturales y de identidad de nuestro pueblo.

El maestro Robaina, como cariñosamente le llamábamos, nació el 24 de octubre de 1925 en Pinar del Río y falleció el 5 de febrero de 2006. Era descendiente de familias notables de la cultura pinareña. Su padre el músico Rafael Robaina y su madre Lucía Primitiva Muñoz, quien provenía de un hogar de veteranos de la Guerra de Independencia.

La influencia positiva y preocupación de sus padres por su instrucción lo convirtió tempranamente en un apasionado y entusiasta adolescente con inclinaciones por el estudio y el deporte, llegando a ganar renombre en la clase intelectual pinareña; siendo muy joven se gradúa como Maestro Normalista, en 1947, en su ciudad natal y muy pronto, por sus convicciones y defensa de la justicia social, es nombrado Secretario Auxiliar del Sindicato de Maestros Normales y Equiparados.

Se destacó por su consagración al trabajo. Ejerció como maestro en el municipio de Viñales, donde contrae matrimonio con María Julia Hernández Hernández, profesora de música y, de cuya entraña amorosa, nace su único hijo Pedro Rafael, al cual educó e instruyó en los mejores valores y principios de la ética revolucionaria. Se mantiene vinculado con la clase intelectual pinareña hasta el año 1952 en que comienza a residir en Los Palacios, desempeñándose como maestro en varios colegios. De esta etapa resalta su condición de fundador del centro “Fortuna Medel Medina”, en 1956. Se destaca, además, como corresponsal de los Periódicos: Vocero Occidental, Diario de la Marina, El País y las revistas El Palaceño y Sol, lo que lo convirtió muy pronto en una destacada personalidad en la esfera de la instrucción y la cultura de la provincia y del pueblo de Los Palacios.

Al triunfar la Revolución en 1959, se entregó desde los primeros momentos al proceso, ejerciendo como Secretario Fundador del Consejo Municipal de Educación, así como de la Comisión de Historia y Corresponsal Voluntario del INDER. Fue un baluarte principal en la organización y ejecución de la Campaña de Alfabetización en Los Palacios, que se llevó a cabo en 1961.

Maestro de generaciones, inolvidable por su consagración y apego a la causa de los humildes y para los humildes, excelente dirigente sindical, propagandista elocuente del legado martiano y de los próceres cubanos; inculcando a sus alumnos y seguidores los mejores valores de su ideología, dejó entre nosotros inolvidables y grandes enseñanzas porque con su talento y elocuencia brilló, no solamente como educador, sino en el campo de la literatura, la historia, el arte y el deporte.

Se destacó por sus trabajos de investigación, confeccionó la historia de varios centros educacionales, del INDER y colaboró en la historia del municipio de Los Palacios.

Como historiador fue secretario de la Unión de Historiadores de Cuba (UNIHC), presidente de la Comisión de Historia del INDER y participó como delegado al VI Congreso de la UNIHC.

En su trayectoria social y laboral fue acreedor de más de cuarenta condecoraciones, medallas, distinciones y reconocimientos sociales que lo convierten en una de las personalidades excelsas de la historia de Pinar del Río y que enriquecen el patrimonio de la sociedad palaceña, resaltando entre ellas:

La Asociación de Pedagogos de Cuba en Los Palacios instituyó, a partir del año 2008, la Distinción Especial “Rafael Rosario Robaina Muñoz” para otorgarla a los educadores palaceños con una relevante trayectoria en el magisterio y en la obra transformadora de la Revolución.

El maestro Robaina fue un hombre que trascendió a su tiempo; hizo de su vida un escenario de amor, de sensibilidad humana y se entregó en cuerpo y alma para transformar la sociedad por el bien de todos.